Bartolomé Payeras Salom

 








MEMORIA ARTIFICIAL

Paisajes neutros, vacíos, casi al límite de su existencia. Restos de paisajes como restos de recuerdos,
como restos de vida. Paisajes sobrantes prácticamente inútiles: "los lugares de la memoria".
La construcción de una "Memoria Artificial" como única posibilidad para retener recuerdos.
Relacionando cada recuerdo con el paisaje donde éste sucedió se conformarían las piezas
de esta estructura que nos devolverá al revisitar esos lugares, esos instantes ya pasados
que la velocidad del tiempo nos arrebata.
La representación posible de un recuerdo es su ausencia en un paisaje vacío.
Algunas veces el paisaje se vuelve inalcanzable como el mismo recuerdo, resulta difícil establecer los límites,
o bien solo tenemos fragmentos de paisajes y no conocemos los fragmentos importantes ni todo el conjunto.
En realidad los paisajes no tienen fin, son lugares de tránsito a través de los cuales nos desplazamos, como
en la misma vida. Todas las memorias tienen casi los mismos paisajes, las "memorias artificiales"
son transferibles. El paisaje se convierte en una especie de pantalla, donde se proyectan los recuerdos,
esta pantalla es siempre la misma. Si el paisaje-pantalla nos remite a estos recuerdos, éstos a su vez
dan sentido a la existencia de la pantalla (paisaje).
Los recuerdos aparecen y desaparecen con nosotros y así también nuestra proyección en el paisaje.
La inaprehensibilidad del tiempo, de cada vida, nos obliga a reproducirlo de alguna manera para que
la historia de cada uno no desaparezca. En nuestra cofusión solo buscamos reconocernos en ese
fugaz espejo incompleto.
Bartolomé Payeras Salom - Mayo 1996

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